El Himno védico de la Creación


La literatura mística de la India es, con seguridad, la más extensa del mundo. Por otra parte, en ella se encuentran concepciones científicas, filosóficas y artísticas de sumo interés. Con frecuencia se ha querido ordenar de manera simple a esa enorme producción. Siguiendo un esquema elemental podemos decir que los Vedas (cuatro en total), han sido seguidos por obras de exégesis (explicación o interpretación) como los Brahmanas, Aranyakas y Upanisads. Los Vedas pueden ubicarse, en su sustrato más antiguo, hacia el s. XV a.C.; los Brahmanas hacia el VI a.C. y muchos de los Aranyakas, más recientes en general, tienen su esbozo casi contemporáneo a los Brahmanas. Los Upanisads, son los últimos escritos que, al cerrar el ciclo védico, toman el nombre de Vedanta. 

Por su parte, el Rig Veda es el texto más antiguo de la India; fue compuesto en sánscrito. Se trata de una colección de himnos compuestos en antiguo sánscrito védico, dedicados a los dioses. Se considera el más antiguo de los cuatro libros conocidos como Vedas. Es uno de los textos existentes más antiguos de cualquier lengua indoeuropea. Las evidencias filológicas y lingüísticas indican que el Rigveda fue compuesto en la región del actual Pakistán probablemente entre el 1500 y el 1200 a.C., aunque también se ha postulado una aproximación más amplia entre el 1700 y el 1100 a.C. Algunos pasajes geográficos y etnológicos el Rigveda, son prueba de que el texto podría haber sido compuesto entre el 1400 y el 1100 a. C. (el periodo védico temprano) en la región de los Sapta Sindhu (‘siete ríos’), en el Panyab (actual Pakistán). Se cree que fue preservado durante siglos por tradición oral, y que no fue puesto por escrito hasta el principio de la Edad Media. Los manuscritos más antiguos que se conservan están escritos en letra del siglo XI de nuestra era. 

A continuación, reproducimos el Himno de la Creación, incluido en el libro X del Rig Veda.


No había inexistencia ni existencia, entonces.
No existía la atmósfera ni el cielo que está más allá.
¿Qué estaba oculto? ¿Dónde? ¿Protegido por quién?
¿Había agua allí insondablemente profunda?
No había muerte ni inmortalidad entonces.
Ningún signo distinguía la noche del día.
Uno solo respiraba sin aliento por su propio poder.
Más allá de eso nada existía.
En el principio la oscuridad escondía la oscuridad.
Todo era agua indiferenciada.
Envuelto en el vacío, deviniendo,
ese uno surgió por el poder del calor.
El deseo descendió sobre eso en el principio,
siendo la primera semilla del pensamiento.
Los sabios, buscando con inteligencia en el corazón,
encontraron el nexo entre existencia e inexistencia.
Su cuerda se extendió a través.
¿Había un abajo? ¿Había un arriba?
Había procreadores, había potencias.
Energía abajo, impulso arriba.
¿Quién sabe realmente? ¿Quién puede proclamar aquí
de dónde procede, de dónde es esta creación?
Los dioses vinieron después.
¿Quién sabe, entonces, de dónde surgió?
¿Esta creación de dónde surgió?
Quizás fue producida o quizás no.
El que la vigila desde el cielo más alto,
él sólo lo sabe. O quizás no lo sabe.

________________


Anima Mundi es un blog cuya pretensión es la de invitar a los lectores  del siglo XXI a conocer la tradición espiritual que ha nutrido a la humanidad desde que se tiene noticia. Recogemos textos de todos los tiempos y de todas las culturas cuyo nexo común es el de abrirse a la trascendencia, pues existe una corriente que hermana a las distintas religiones, más allá de sus diferencias aparentes.


ESTUDIOS

*
*
*
*


FUENTES

*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*