Upanisad significa "sentarse más bajo que otro" (para escuchar respetuosamente sus enseñanzas). Existen unos 150 upanisad (108, según el número cabalístico establecido por la tradición), la mayoría de las cuales están escritos en prosa con algunos rasgos poéticos, aunque algunos de ellos fueron compuestos en verso. Su extensión puede ir desde el más corto, que puede ocupar apenas una página impresa, hasta el más largo, que llega a tener unas cincuenta páginas. Se piensa que su forma, tal y como la conocemos hoy día, se adoptó entre los años 400 y 200 a. C., por lo que representan un aspecto del hinduismo védico casi tardío; no obstante, se cree que algunos textos fueron compuestos en el siglo IV a. C. Los hindúes creen que fueron escritos todos por Viâsa entre el 3200 y el 3100 a. C.
Frente a la religión oficial expresada en los Vedas, los Upanisad presentan una nueva cultura, ligada al mundo de los artesanos y comerciantes de las ciudades del norte de la India, que concibieron formas de vida y gobierno más flexibles y participativas. En este ambiente, muchas personas rechazaron la religiosidad y ceremonias de los Vedas y reaccionaron contra el poder de los sacerdotes bráhamanas. Los Upanisad se basan probablemente en las experiencias de personas que, cansadas de la religión oficial, se retiraron a los bosques para vivir como ascetas o ermitaños, pensaron por su cuenta y luego difundieron sus ideas. Los autores de estos libros se reunían para escuchar la palabra de algún maestro espiritual y conversar sobre la divinidad.
En los Upanisad se dice que el hombre está conectado con la divinidad y puede llegar a identificarse con él «a través del hilo que une este mundo con el otro mundo y con todas las cosas». La salvación consiste en comprender que la realidad eterna es igual al âtmâ, el alma de cada individuo. Para la nueva doctrina, todo lo que sucede está constantemente cambiando, siguiendo un ciclo que se repite. En ese ciclo, cada ser persigue realizar su dharma, aquello para lo que está hecho. El dharma del agua es fluir; el del fuego, quemar; el del pez es nadar; el del ave, volar. El dharma del ser humano consiste en alcanzar la salvación y unirse a la divinidad. Los conceptos filosóficos contenidos en los Upanisad sirvieron como base a una de las seis doctrinas ortodoxas (dárshanas) del hinduismo conocida como vedânta.
El tema principal de los Upanishád es la naturaleza del Brahman (el alma universal) y la doctrina fundamental expresada es la identidad del ātmā con el Brahman. Además, se aborda la naturaleza y propósito de la existencia, diversas formas de meditación y culto, aspectos de la escatología religiosa, la teoría de la transmigración de las almas, etc.
Se pueden leer los Upanisad, organizados en varios libros, en este enlace. A continuación, reproducimos un fragmento del Kata Upanisad.
El sabio que mediante la meditación en su Ser, reconoce a Dios en el Antiguo, aquel a quien muy pocos ven, que se halla en la más profunda oscuridad y mora en lo oculto, ese sabio ciertamente está más allá del gozo y el dolor.
El mortal que, oyendo esto, lo acoge en su corazón y lo separa de todas las cualidades, alcanzando de este modo el Ser sutil, se llena de gozo, pues ha hallado la causa de todo regocijo. La morada está abierta para ti, oh Nakiketa.
Nakiketa repuso: “Quiero que me digas lo que tú ves como ni esto ni aquello, ni efecto ni causa, ni pasado ni futuro”.
Yama respondió: “La Palabra de la que hablan todos los Vedas, buscada en ayunos y austeridades por muchos hombres, te va a ser revelada. Esa Palabra imperecedera significa lo más alto; el que conoce este Santo Verbo obtiene todo lo que desea.Esta es nuestra tabla de salvación, lo supremo de lo supremo. Quien conoce esta Santa Palabra es engrandecido en el mundo de Brahma.
”El Inteligente no nace ni muere. No brotó de nada ni nada brotó de él. El Antiguo es innato, eterno, imperecedero. No perece, aunque el cuerpo se corrompa.
”Si el que mata cree que es él quien mata, y si el que muere cree que es él quien muere, ambos no comprenden; pues ni uno mata, ni el otro muere a manos de nadie.
”El Ser, más pequeño que lo pequeño, más grande que lo grande, está escondido en el corazón de la criatura. El hombre que está libre de los deseos y el dolor, puede ver la majestad del Ser por la gracia del Creador.
”Aunque quieto, camina hasta lo lejos; aunque tendido en el suelo, llega a todas partes. ¿Quién, excepto yo, puede conocer a ese Dios que se regocija sin regocijarse?
”El sabio que conoce al Ser incorpóreo en el interior de los cuerpos, inmutable en medio de las cosas que cambian, grande y omnipotente, nunca sufre.
”Ese Ser no puede ser alcanzado leyendo los Vedas, ni tampoco ser comprendido o aprendido. Sólo aquél a quien el Ser perfecto escoge puede alcanzar su grandeza, pues el Ser ha escogido el cuerpo de ese hombre como el suyo propio.
”Pero quien no se aparte de la maldad, ni permanezca tranquilo y sumiso, jamás alcanzará el Ser, ni siquiera mediante el Conocimiento.
”¿Quién, entonces, conoce dónde está Él, en quien todo desaparece y en quien incluso la muerte es absorbida?”
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Anima Mundi es un blog cuya pretensión es la de invitar a los lectores del siglo XXI a conocer la tradición espiritual que ha nutrido a la humanidad desde que se tiene noticia. Recogemos textos de todos los tiempos y de todas las culturas cuyo nexo común es el de abrirse a la trascendencia, pues existe una corriente que hermana a las distintas religiones, más allá de sus diferencias aparentes.
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